A través de la comedia y con reminiscencias cabareteras en este espectáculo Antonia San Juan hace una crítica feroz hacia el patriarcado y el machismo instaurado como algo natural y aceptado socialmente. Con giros y ocurrencias inteligentes y cercanas, y con una capacidad interpretativa que no deja indiferente a nadie por su manera tan original de caricaturizar y deformar una realidad, que ya está deformada de por sí, Antonia San Juan lanza una crítica nada velada a la desigualdad aún imperante en nuestra sociedad, recreando la intra- historia de una mujer que, como tantas otras, viven el infierno tras la intimidad del hogar.
“¡Qué buena es mi hija Mari!"
Utilizando el formato de un programa testimonial un personaje se sienta en un plató para abrirse en canal; el conductor del programa escucha el testimonio de la invitada que viene a narrar sus problemas personales y a buscar su minuto de gloria; el entrevistador aportará además datos y opiniones de personas allegadas, siendo sometida la invitada a un alto nivel de estrés; y siempre con bárbaras sentencias mediáticas, en la que la presunción de inocencia no existe porque está sometida a un juicio sumarísimo.